A estas alturas de mis reflexiones me resulta curioso y sorprendente lo que acabo de afirmar. Y lo peor es que es verdad.
Por mi formación jesuítica (desde 1958 hasta el año ,1973) debería haber aprendido con toda claridad lo que en París aprendí.
¿Cómo era posible que en mis reflexiones y angustias existenciales hubiera siempre una sola respuesta:" DEBES SEGUIR, NO PUEDES ABANDONAR !! Y esto a pesar de los variados y variopintos medicamentos que tomaba. ¿No podía haber otra salida?
En mi reflexión cristiana esta siempre presente : Dios quiera que todos seamos felices y que nuestra felicidad pase por una profunda realización personal. Y también que la realización personal puede pasar por momentos de crisis y altibajos pero el balance final debe ser creativo, positivo y liberador.
Desde la distancia, junto a Mr. Desroche de la Sorbona aprendí a relatar, explicar , diseccionar mi vida y ser capaz de observarla como si fuera la de otro.
Y ESTO FUE LA LAMPARA QUE ILUMINO MI MENTE: ¿qué aconsejarías a otro que se encontrara en una tesitura parecida a la tuya?
A partir de ahí empezó la liberación interna de mi personalidad... Empecé a respìrar profundamente sin disimular, sin fingir y sonriendo al futuro con serenidad.
El camino empezaba a andarse con claridad.
A partir de entonces , mi decisión ya estaba tomada: Mi Vida empezaba en un nuevo rumbo, con nuevas aventuras, con más energía... pero ya sentía que en mi nuevo camino no iba a estar solo... Y esto me daba seguridad y coraje para afrontar el riesgo del futuro que presumía iba a ser interesante y novedoso.
