domingo, 22 de agosto de 2021

LA SILLA VACÍA


HACE YA MÁS DE UN AÑO que el sillón blanco, los dos sillones blancos, han encontrado la falta  de Linda. Aunque Ella ya no está, su presencia, como os he dicho muchas  veces, no ha desaparecido.

Hubo una vez una mujer, que después de  viajar desde Francia hasta el Perú, Ecuador, Colombia y Cataluña , se aposentó,  en esta terraza y leía el periódico, me comentaba las noticias, y hablaba de su vida, de su amor, de sus hijos, de su familia y de sus amigos.

Donde fue sembró amistad y ganas de vivir. Donde estuvo encontró amigos que la apreciaron y la respetaron  por unos pocos que no la quisieron escuchar, ni respetar .

Esta mujer supo ser esposa, compañera leal, madre de dos hijos , Sylvie y Daniel, ayuda en mis tropiezos, y  fuerza y coraje para seguir siempre adelante, consejera para todos nosotros. Yo encontré en ella la ilusión de la vida, el ansia de superarme, y su sonrisa, su alegría contagiosa , aun en medio de una vida, llena de mala salud,  nunca se ponía por delante ; su fuerza y su voluntad de superación pasaban por encima de las contrariedades que a lo largo de 46 años fueron apareciendo.

   Se desvivía para que los demás vivieran. Y cuando yo, o cualquiera de sus hijos le pedían consejo, siempre tuvo tiempo y ganas para darlo.

Ya al final de su vida, después de vivirla con intensidad , de gozarse con los gozos y las alegrías de los suyos, tuvo que sufrir el desprecio de quienes nunca la quisieron. Y"lo que más me dolía era que estos eran hermanos y cuñados y sobrinos de mi marido". Algo que no podemos comprender. Ni siquiera mi madre la aceptó; durante unos años la toleró, pero nunca tuvo con ella las muestras de cariño, que yo he visto en Linda de  sus familiares, y sus amigos de por donde ha ido. 

No digo toda la verdad: hubo uno , mi hermano Jorge, que la respetaba, la quería y siempre que venía a casa, en Castelldefels, traía para ella un regalito: una gran sonrisa , un beso, y lo que le antojara. Siempre acertaba, siempre Linda quedaba contagiada de su entusiasmo, de sus historias.

 Desgraciadamente murió de cáncer. Aunque en medio de todo lo que ya padecía Linda, quiso ir a verle al Hospital de Bellvitge , todos los días, hasta su muerte. El mismo día y a la misma hora que enterraban a mi hermano Jorge, Linda era operada de urgencia de una fistula infectada, con peligro de un final fatal.Esta fístula trajo como consecuencias 8 colonoscopias en un año y dos intervenciones más esta vez en la clínica de la Sda. Familia, por el doctor-persona buena y sincera- FONCILLAS.
Y porqué os cuento esto:
Sencillamente, al mirar el sillón, y el otro sillón blanco también, vienen a la mente recuerdos nostálgicos del pasado.
Pero el pasado no fue negro e ingrato solamente, fue también gozoso, esplendoroso, triunfante y bello.
La alegría de ver crecer a los hijos, el gozo de conocer sus relaciones, la satisfacción de verlos estudiantes, universitarios, graduados, con masters y diplomaturas, y las familias que los dos han formado, me da, decía Linda, confianza en que su futuro lo tienen asegurado. Tu y yo, pusimos las semillas,  que crecieron y fructificaron. Les pudimos orientar y de un modo o de otro siempre están a nuestro lado, más cerca o más lejos, mientras no nos olviden...

Y pudo contar en momentos solemnes, simplemente por cariño y sentirles cerca con toda su familia, aquí y allí, y ellos con nosotros. Jordi nos dejó su apartamento en Castelldefels  para pasar unos días los que venían de Francia, y  cuando pudimos dejamos el pìso de maestro a la familia de Portugal... y siempre había la recíproca .

Fueron tiempos inolvidables: Mataró, Castelldefels, (con intercambio de alumnos incluido) la construcción de la nueva iglesia de Vista Alegre, las misas en la antigua y pequeña y en la nueva. Y  a todo esto si juntamos la playa , los jacuzzis, la piscina enseñando a su hermana María a nadar... etc.   y mucho que me olvido colmó nuestra vida y la de nuestros hijos. Comprobaron que tienen tíos, primos, y ahora ya sobrinos, que saben y esperan  noticias , esperamos noticias, fotos, voces, charlas. Y si añadimos las familias de Diego, y de Aitziber, Linda se ha podido alegrar muchos días y años de su vida. En medio del "mundanal ruido". Y lo mejor de todo:SIEMPRE ELLA Y YO JUNTOS.

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