YA estoy experimentando y vislumbrando los caminos y senderos por los que habrá que pasar para construir poco a poco este nuevo año 2021.
Es como jugar a las adivinanzas o hacer los recorridos de los jardines encantados para buscar la salida, pero en el año 2021 presiento que esos trayectos serán a oscuras o con los ojos vendados para hacer más inquietante el descubrimiento de cada día. Lo mejor es que será de noche cuando se haga la luz, y ya sin vendas en los ojos, podamos preparar los vericuetos del próximo mañana desconocido pero que nos descubrirá nuestra vida y la de los que nos rodean.
Estos días pasados, he sentido la compañía de la familia y la soledad en la ausencia de Linda, que orientaba siempre el camino a seguir y que cada noche, hasta siempre, nos dábamos tres besos. Esto ya no se repetirá, y a partir de ahí, tengo que descubrir el trayecto a caminar para reencontrarnos, cuando tenga que ser.
Qué distinto es el mundo, el pueblo, la calle, tu casa este 2021. Vas dando vueltas, hablas en voz alta para que te escuches tu mismo y sientas que el amor y la lucha por el reencuentro no se cansa de buscar y suspìrar cada día por la voz que siempre te ha acompañado.
Se que tengo que aceptarlo. Ya lo he hecho; pero la carencia de la presencia y la distancia, oscura distancia , llenan el mañana de ansiedad para el reencuentro.
Una sola angustia sentí hace casi 47 años , cuando yo ya en Lima, y Linda en París, lejos, muy lejos , era el temor de que no pudiera reunirse conmigo.
Yo me había hecho la promesa: si no pudiera salir de París, me reuniría yo con ella. La vida no son todo facilidades, pero la promesa de amor no se puede traicionar.
En aquella ocasión aun volando con la venda en los ojos, Linda sabía que al final estaría yo. Pero el miedo a lo desconocido, a lo imprevisto, al accidente, a la soledad fueron para ella un esperar y confiar en que yo estaría allí. Y yo con una habitación alquilada soñaba que el sueño se haría realidad. Y lo fue.
Ahora el pasear, subir y bajar tiene sólo la esperanza de continuar esperando el devenir de cada día.
Tenemos dos hijos, dos nietos,un yerno y una nuera que NOS quieren. Sylvie sigue conmigo y está al tanto de todo; mañana aun con ojos vendados, sé que ella seguirá aquí y hará lo posible para que no decaiga; y prometo que, sólo por su dedicación, y porque Linda también lo quiere, no decaeré.
Así empezaremos el 2021 y hemos de conseguir que él no pueda destruir nuestra fe y esperanza.
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