-¿Por qué está detenido?, ¿Qué ha hecho?.
- No entendí nada, ni contesté de inmediato. Al rato le digo: esto lo debería Vd. preguntar a los que vinieron al colegio de los salesianos y me trajeron de noche hasta aquí.
-Voy a aclarar todo esto y ya le diré algo.
...
Se acabaron las partidas, las comidas en la cantina, y las entrevistas con el oficial. Todo volvió a la rutina y a la cura de adelgazamiento y sauna ya relatada. Del oficial nunca volví a saber ni a ver nada.
Un par de días después a las 5.00 me despiertan. Me tengo que levantar. Salimos de viaje... y ya no volveremos por allí.
¿Hacia dónde?...
¡¡Vamos ya!!
La verdad es que rehacer el equipaje no me cuesta mucho. Salgo fuera, bien acompañado, y un wolsvagen "escarabajo" me espera con un sargento de conductor y otro de acompañante.
La marginal de la selva se hace más impresionante y bellamente sorprendente a medida que se levanta el día. Los inmensos árboles cubren la pista forestal y a sus bordes rebrotan de nuevo con fuerza "amazónica" nuevos pimpollos con una enorme fuerza invasora. Y así 400 Kms. en silencio, con una botella de agua y una sola frase en todo el trayecto: ¿Ha visto vd. lo grande y denso que es el matto grosso? ¿Ha visto vd. qué fácil es perderse en él?.
Me giré y le reconocí. Me acordé de sus amenazas en uno de los interrogatorios. Me callé y recé y mucho y en silencio.
Hacia las 13.00 llegamos a un cuartel, enorme, grande, con vallas y alarmas, con controles y demás. Estábamos en Campo Grande. En la sede del Cuartel General del Estado de Campo Crande. El Matto Grosso quedaba atrás!! ¡¡Uf!!.
1 comentario:
Uffffff por los pelos no? ya te veias comiendo lombrices y bebiendo agua de lluvia perdido en medio de 400 km de selva.
Esto se pone interesante.
Espero con ansia el proximo capitulo.
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