viernes, 12 de marzo de 2021

VIVIR EN LA GRANJA-ESCUELA ERA LIBERTAD

     Era de noche, llovía, viento fuerte, el caballo que tiraba de la tartana de repente se encabritó y se resistía a seguir hacia adelante. El Sr. Marcelino le gritó, tiró de las riendas, le dijo "cosas feas" que mi hermano y yo no estábamos acostumbrados a oír. Mi madre le dijo : ¡pare, no le tire, mire lo que pasa! 

El sr. Marcelino bajó, se puso delante del caballo,resbaló al suelo, y se deslizó por el borde de la carretera. El caballo entonces se retiró,echó hacia atrás, y el hombre pudo levantarse. Mimó, acarició, le pidió perdón y nos dijo ¡sino llega a ser por su tozudez estaríamos abajo en la riera!

Mientras en Caldas había corrillos, (pocos por la Guardia Civil) en la Granja lo pasábamos divinamente. Teníamos de todo para comer y mucha campo para jugar. Recuerdo que mi padre, que siempre hacia una cabezadita sobre la mesa, después de comer, nos decía "Va aneu a pasturar. Y mientras lo decía ya estábamos mi hermano y yo en el campo. Teníamos una bicicleta pequeña y con ella aprendimos solitos, hasta que un día yo me estampé contra las escaleras de la casa del Sr. Marcelino. La bici no tenía frenos.  

Teníamos dos perros guardianes, no recuerdo la raza, pero si recuerdo que uno de ellos fue envenenado y murió. Hubo rumores, pero nadie quiso hablar del tema.

La casa asignada al Director era grande, muy grande, allí jugábamos, y recuerdo como se fuera ahora ver a mis padres bailar un vals en el pasillo y Jorge y yo intentábamos cerrarles el paso con nuestros pies. La estufa era de leña, pero mi padre guardaba las cáscaras de las almendras y avellanas, porque calentaban más rápido. 

La granja funcionaba a pleno rendimiento y los alumnos, todos ya mayores de 18 años llenaban sus aulas y su internado. Eran la mayoría hijos de terratenientes y pequeños agricultores de la comarca que querían una buena preparación agrícola para sus hijos. 

Cuando la vendimia nos dejaban pisar las uvas, y por la mañana íbamos los dos a buscar la leche recién ordeñada. La nata que hacía encima,azúcar y  pan tostado en la estufa era una delicia. Íbamos a buscar los huevos día sí día no, nos paseábamos por la vaquería, las jaulas de conejos, el patio de las gallinas...

Un día, creo que sin avisar,sino mi madre no se hubiera puesto tan nerviosa, se presentó en coche oficial el sr. Juan Antonio Samaranch, para hablar con mi padre. No sé lo que hablaron, pero las consecuencias sí. Se quedó a cenar, pero a dormir fue a la Escuela (pared por pared), y por la mañana vino a casa y hubo una discusión. Aprovechando que no estaba su chófer oficial ,mi hermano y yo le desinchamos una rueda del coche. Era un ford de 25 caballos. y fuimos a jugar. El Sr. Juan Antonio Samaranch fue más tarde el Presidente del Comité Olímpico Internacional, entre los años 1980 -2001. Su hijo es desde 2016 Vicepresidente del COI.

El era el presidente de la Diputación de Barcelona, de quien dependía la escuela una vez extinguida la Mancomunitat y terminada la guerra. 

Días después llegó un decreto de Franco por el que todos los ingenieros agrícolas de la Mancomunitat, perdían el título y se los degradaba a peritos agrícolas. Yo y mi hermano también entrábamos al despacho del "Director", esto sí, llamando antes a la puerta.

A los pocos días venía un correo oficial. La cara de mis padres cambió. Las represalias empezaban a dibujarse.

Primero tendrá que dejar la vivienda oficial del Director al terminar el curso. Podrá usar la otra que está al lado (era más o menos la mitad).

Como no es ingeniero agrónomo, dejará de ser Director y será administrador-Profesor . Si lo prefiere puede pasar a Barcelona como Jefe de los servicios Técnicos de Agricultura, en la calle Urgel, donde se sitúa la Escuela Industrial y la escuela superior de Agricultura. 

Pasamos un año así, y las tensiones en casa subían de tono. El nuevo director (me guardo el nombre) era la antítesis de mi padre.  

En Caldas había solo dos escuelas una pública y la otra de las Escuelas Pías donde podíamos estudiar el bachillerato. Pensando en el futuro inmediato, mi hermano Jorge fue interno a los jesuitas de Sarriá, mientras yo seguía en las Escuelas Pías; entretanto...

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