viernes, 14 de mayo de 2021

LA FORMACIÓN JESUITICA,

 No son los estudios ni los años de formación ni la convivencia en comunidad lo que moldean la formación jesuítica, o esto creo yo.

Son un  conjunto de todo esto impregnado por un fuerte convencimiento interno de que tu ser y estar jesuítico está en el aceptar con gozo y con alegría  la vida impregnada del espíritu ignaciano.

Y ¿qué es este espíritu ignaciano?  y ¿dónde se encuentra? ¿cómo se vive ?  La esencia de todo está en los Ejercicios Espirituales . Un conjunto de reflexiones, encaminadas a moldear la voluntad y el ser del que quiere ser jesuita. Fueron estos ejercicios los que San Ignacio de Loyola inculcó en los primeros que le siguieron y así sucesivamente.

En el noviciado es la prueba fundamental para que entiendas, aceptes, y decidas vivir con absoluta confianza y sinceridad al servicio de la Iglesia y con obediencia al Papa. Terminados los días  de los E.E. (unos 30 días seguidos), en silencio y meditación y entrevistas con el Maestro de Novicios , haces los votos que ya son perpetuos.

Estoy hablando de mis experiencias en los años 1956-1958

Reconozco que es duro y difícil de tragar, pero si quieres , puedes.

Hay otras dos pruebas más para moldear al aspirante novicio: HOSPITALES Y PEREGRINACIONES.

La de hospitales, que es la que hice yo en Valencia en el hospital "LA FE", al igual que otros compañeros, y viéndolo de la distancia, se trataba de aprender a convivir en una comunidad de jesuitas de Valencia, al tiempo que la atención y el cuidado de los enfermos del hospìtal.

No era nada fácil. El ambiente de la Comunidad me sorprendió por su simpatía, generosidad y altruismo de los jesuitas, la mayoría ya mayores, pero dispuestos al servicio donde la necesidad lo requiriese.  

Para mi fue dura. El choque con las salas de enfermos, la soledad que les acompañaba todo el día, la sorpresa de las ratas en los lavabos y de los enfermos que sufrían y que pedían ayuda.

Era un querer y no poder. Solamente palabras, ayudarles a comer, y como ejemplo la sorpresa más grande:

"Hermano me duele mucho la pierna! ¡No puedo más! Si me curo iré al PIlar de Zaragoza a dalr las gracias a la Virgen." 

Puedes ir a la "Geperudeta" (la patrona de Valencia) que está mas cerca y vale igual,

Bueno ya veremos. A los dos días volví a la misma sala, voy a ver al hombre, ¿Qué como vamos? - ¡¡Me duele mucho la pierna!! Bueno, poco a poco!

Si hermano pero ¡ya no la tengo! y ¡usted no vino!  No pude. Y me quedé en silencio junto a su lado. Me resultó muy duro y todavía lo recuerdo.  Y así distintos casos. Si mal no recuerdo durante un mes o un poco mas.

Las PEREGRINACIONES , por lo que contaban los que las hicieron, era sentir la pobreza, la dependencia del que te acoja pedir limosna o comida por las calles y ayudar al cura  en lo que él te indicara. 

Tanto una como otra prueba se trataba de aprender  a vivir las obras de misericordia y  las bienaventuranzas del Evangelio. 

Después descubrí la gran obra de misericordia: DAR DE COMER AL HAMBRIENTO.

Y esta fue mi primera "decepción" o "incomprensión" en el noviciado:

¿Por qué nosotros que éramos pobres, dábamos de comer a unos que cada día llamaban a la puerta del Noviciado para pedir comida? 

Aclaro. Esto me parecía bien pero... ¿No eran ellos los pobres de verdad?  ¡Nosotros no necesitamos ir a las puertas y pedir comida, buscar un albergue, teníamos cama, ropa medicinas, estudios y perspectivas de futuro!

Nuestra pobreza no acabé nunca de asimilarla, pero me acomodé al "status" y reconozco que lo viví y disfruté y procuré vivirlo con entrega a los demás como todos mis "hermanos jesuitas", siempre dispuestos a servir.

2 comentarios:

Jaume Cisteró dijo...

Josep Mª: veig que retrates a la perfecció i en resum el que van ser per a tu i per a la majoria de nosaltres els anys de noviciat amb les proves d'hospitals o peregrinacions i altres etcs que caldria afegir. Segueix amb la teva narració!!

Josep Mª dijo...

Moltes gràcies, i penso anar seguint describint amb suavitat però claredat els primers anys i els últims de jesuita fins que vaig conèixer i estimar la que va ser 46 anys la meva dona,companya i amiga,la Linda.