lunes, 14 de diciembre de 2020

EL FUTURO ES DE LOS NIETOS

 Siempre hemos hablado Linda y yo  de qué futuro les esperaba a nuestros nietos; ahora piensa que nuestra reflexión no debía ser esta. El futuro se crea, se trabaja en el presente , se vislumbra cada amanecer y se pone en reposo por la noche, cuando las sombras desaparecen.

Cada día, cuando acostábamos a Alejandro por la tarde, mientras no iba al parvulario, mamá siempre decía, ¡es un niño feliz y nos quiere mucho! y añadía : no quisiera que nunca pudiera echarnos en cara que no lo quisimos, y que no lo cuidamos! cosa que nuestros hijos si que pueden hacerlo y decirlo de l'avia. Incluso después de muerta dejó el mensaje de ignorancia y desprecio hacia ellos dos y muy especialmente hacia Linda. De mi, prefiero ni hablar. Por esto y por mucho más no quisimos que a Linda la llamasen avia -traía demasiados malos recuerdos- y adoptamos el de "yaya",   y a Linda le gustó.

En los misteriosos sobres exigidos que se abrieran antes de leer el  último testamento (habia hecho 11 o 12), en  los que repartía joyas y bienes, a Linda la ignoró, a mi menospreció, y a mis hijos, sus nietos ,  les dio las migajas, que no eran ni recuerdos de ella.

La yaya, está tan atenta a todo lo que le pasa o tiene Alejandro, lo que le gusta, lo que necesita, que creo que puedo decir que era un desvivirse por él.

Cuando se acercan las navidades, otra vez los recuerdos se asoman por el balcón, se recuestan en el sofá y se gozan con la alegría de los hijos y del nieto. Es un repetir en ellos la felicidad de nuestros hijos por estas mismas fechas.

Fue hace dos años que el gozo compartido se amplió. Hubo uno mas  en la familia. Julen ya hacia  hacía  cinco meses que había tomado posesión de su lugar, y la yaya y Alejandro le reían sus gracias.

Qué bueno revivir  lo pasado para que ellos tengan recuerdos que les permitan construir su futuro! 

Este año va a ser difícil. Es ya difícil, pero los nietos, Alejandro lo vive muy de cerca, y muchas veces en su silencio vital, está intentando  construir su nuevo mundo, Julen quería ver a la yaya, besarla  y los dos quieren, sin pensarlo, poder sobrepasar  un año tan fatídico para todos.  El de la yaya que lo intentó todo, sonrió siempre, besó a todos; sus miradas eran profundas y examinaban la verdad de nuestras palabras y de nuestras obras y quehaceres diarios . Sus besos sonaban siempre a amor y dolor. Sabía que se iba. ¡Qué duro darse cuenta y no poder remediarlo!

Y poder construir un mundo nuevo .¡ Podrán construirlo!  Ellos sí. ¡Han de poder!

Necesitarán ayuda, seguro, pero ayuda que no suplante su voluntad emprendedora, que tendrá en cuenta el tiempo pasado.

Me emociona mucho ver a Julen y a Alejandro ,se llevan 12 años, cómo tiene una mirada de complicidad de futuro presente. Siempre que se ven, hasta en vídeo-llamada, Julen ríe y sonríe, y Alejandro está también feliz de su primo. Es el que tiene más cerca. 

Pensando en todo esto me puse a buscar hace  cuatro días un recuerdo del bautizo de Julen. Mamá también me lo dijo alguna vez. Al final encontré una cajita con el chupete dentro. Pero no.No era éste. Por esta razón en mi blog del día 10 añadí una línea y media más. 

¡Sabéis lo triste que es buscarte y buscar a mamá en un recuerdo que alimente  el pasado con vistas de futuro y no encontarlo!.

No recuerdo la fecha, del bautizo, Julen la tiene en la concha de plata que le regalamos para que fuera bautizado, al igual que Alejandro, pero me falta algo que coger y remirar una y otra vez , y más ahora que no está mamá.

El bautizo de Julen era muy importante para nosotros dos, como lo fue el de Alejandro.

Por esto en mi caso, ahora los recuerdos aparecen de noche, silenciosamente, algo inquietos, presumen de presentes, y durante el día se van de un lugar a otro.