sábado, 28 de julio de 2007

CUMPLIENDO MI DEBER Y SALVANDO MI INTEGTRIDAD FÍSICA

Son las siete de la mañana.
 A las 10.30 debo estar en el aeropuerto para ir de visita al colegio que "FE Y ALEGRÍA" tiene en Asunción de Guarayos, a unos 1000 kms. de Santa Cruz. Es la tercera noche- con sus días- que lo paso muy mal. El viento "suraso" ha soplado con fuerza. Las calles , la mayoría de arena , son polvo en suspensión. La temperatura ha bajado más de 15 grados en dos horas. El frío del sur me ha entrado en mis entrañas, tan profundamente como el terrible miedo a ser cogido, perseguido por una manada de revolucionarios de derechas que están ciegos de odio contra todo lo que suponga libertad, justicia, dignidad, insumisión. Y la religión - en el sentido de re-ligar- tiene en Bolivia mucho que ver con los golpes de estado (más bien cuartelazos).
  La diarrea, el insomnio, el frío (un frío intenso e interno) y el miedo son superiores a mi. Intuyo que ya es hora de marchar, más bien de huir y acompañado de mis compañeros que tienen la serenidad de quedarse en la parroquia , me encuentro en el aeropuerto.
   Rumores de golpe. Banzer ha tomado el Palacio Quemado en La Paz. El avión está bloqueado en la pista. Es un junker de la 2ª guerra mundial. Llegan militares se posicionan en la pista, metralletas en mano; miro fuera; mis compañeros se han tenido que ir. La cosa se pone chunga. A las 3 horas de espera sin dejarnos salir del aparato... despega rumbo Asunción De Guarayos. Las monjas austríacas me esperan. Me ayudan a bajar. Me desmayo al llegar al colegio-convento. Me avisan a los dos días , después de tener mi reunión con los profesores, padres y alumnos , de que la revolución Banzer ha triunfado en La Paz y en Santa Cruz. Los demás departamentos caerán rápido. La gente del pueblo, perdido en la selva amazónica empiezan a preguntar por mí. Me siento espiado, vigilado, solo pero valientemente protegido y acompañado por aquellas monjas .
  Un cura(franciscano) de la misión Americana me enseña a montar a caballo, me regala sus botas de montar, me da dinero ( al igual que las monjas) y en unos días se las arregla para proporcionar una avioneta-con piloto- para salir de allí. Ha llegado el rumor de que se me busca por comunista aliado de rusia(!!!!) y en una noche se apaña todo para un viaje de casi cuatrocientos kms. hasta San Matías en la frontera con Brasil junto a la ciudad brasileña de Corumbá. ¡Qué recuerdos me trae al llegar allí!
  Los salesianos, como siempre, cordiales, afectuosos, generosos, entregados sin reservas al amor al prójimo, que en este caso soy yo, hasta que el ejército brasileño, con tanques, jeeps, megáfonos y luces, a las 2 de la madrugada rodean el colegio y exigen mi entrega sin condiciones.

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