La tuberculosis de mi padre, la usura de los prestamistas para los medicamentos, el hambre y la falta de perspectivas de futuro, fueron suficientes para que, curado "milagrosamente" de la tuberculosis después de irse hasta San Torcuato (creo), en pleno invierno, y echarse a la piscina de agua junto a la ermita, salió chorreando, tiritando de frío, volvieron mis padres, el médico le visitó y él no tenía ni rastro de tuberculosis.
Y nunca dejó de fumar.
Cogió un petate, y salió rumbo a Francia, para probar suerte. Y así fue. Al año regresó, nos llevó a todos, en tren con asientos de madera , desde Viana do Castelo, hasta llegar cambiando de tren en la frontera a un pueblo pequeño, y en la región de l'Aube. Creo que Vitry le François.
Fue el mismo día . La asistenta social, nos esperaba en la estación del tren, la gente nos miraba, yo también les miraba, cuando la asistenta social nos consiguió comida, albergue en una rulotte y y despues una "casa" a cambio del trabajo de mi madre.
Mi madre tenía que hacer limpieza de hierbas, maleza y trabajo doméstico. A nosotros Caritas y el Ayuntamiento nos ayudaban mucho. Leche, mantequilla, pan, tocino, cada semana había una camioneta que vendía pescado salado, carne para hacer caldos,, con lo que ganaba mi padre pudimos ir comprando algo más.Y cáritas nos proveía de lo esencial.
No sé. Lo tengo todo muy confuso. Íbamos al bosque a por leña . El dueño les dijo que podían llevarla toda la que quisieran gratis, ya que a cambio lo limpiaban todo.
Era una gozada¡ Podíamos calentar la casa, comer caliente y calentar ladrillos para ponerlos en la cama envueltos en trapos y dormirnos más calientes. Eramos tantos nosotros solos que no nos dábamos cuenta del cambio que habíamos hecho.
Teníamos tres camas de hierro y con mis padres 12 para dormir y comer.
Un día de suerte vendieron lo que les quedaba en Portugal y consiguieron comprar la casa en Saint Nabord sur Aube .
Esta fue nuestra casa. con un poco de terreno verde, muy verde, una especie de angar para guardar la madera, para tenerla a punto y seca para el invierno.
Mi padre tuvo trabajo en una serrería, y después en una fábrica de calcetines "petit bateau"
Nos trajeron mantas, una mesa larga, muuy larga y podíamos comer, y comíamos todos. Hasta el cura pasaba con la camioneta para llevarnos a misa.
Recuerdo a mi madre afanándose para apañar una jaula para conejos y tener gallinas para comer huevos ¡Habia tanta yerba!
Ya se acercaba el otoño y había que ir a clase, yo tenía ya 13 años y tenía que matricularme... pero no fue así.
Caritas nos trajo una estufa de leña, y una cocina también de leña. La asistenta social era muy buena persona, y hacía todo lo que podía.
La maestra del pueblo también hizo mucho por todos, y se enfadó porque yo no iba a clase
Se acabó la fiesta pero me desarrollé , engordé , trabajé mucho en una granja, en la serrería, y después cuidando los niños de los dueños de la fábrica de calcetines en Arcis sur Aube.
Ahí empezó a cambiar mi vida... "de niña a mujer".
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