viernes, 28 de agosto de 2020

NOS ENTERAMOS DE QUIENES SOMOS¡

NO RESULTA FÁCIL  ADENTRARSE UNO MISMO EN SU PROPIA VIDA,  y exponerla  sin arreglos ni maquillajes, es un trabajo duro, pero al fin liberador.

Soy una inmigrante portuguesa, la quinta de once hermanos, por una tuberculosis de mi padre, nos arruinamos todos, vendieron lo que tenían... y nuestro destino fue Francia, un pueblo perdido en la región de l'Aube . yo tenía 14 años, y empecé trabajando en una granja, cerca de Arcis sur Aube.

Pero  por no sé qué razones me enviaron antes a Lisboa de empleada junto con mi hermana mayor Augusta.

El trabajo era duro, pero los señores no me maltrataban, el problema más grave es la soledad, el desconocimiento de todo, y el miedo a quedarme sola; había pasado varios años de pequeñita con mi abuela, en una casa muy grande en MAZAREFES, junto a Viana do Castelo. Ella me mimaba de escondidas de mi abuelo, pero me pedía que reposara mi escuálido cuerpo sobre sus pies para darle calor.

Yo la quería mucho. Allí comía muy bien, cuando murió, (Linda me decía que moriría como ella, asfixiándose, y teniendo frío)me llevaron de nuevo a casa mis padres.

Me sentí extranjera, rara, la comida era escasa, mis padres no llegaban a mas.

Y me buscaron el trabajo en los astilleros de Viana, caminaba solita con un atadillo con una sardina y media patata, pero por el camino cogía las naranjas y me  las  comía . Íbamos descalzos. las alpargatas solo se ponían al entrar al colegio y al llegar al trabajo.

Al regresar a casa (otros 5 kilómetros) había que limpiar, vigilar a los hermanitos, que querían jugar, y esperábamos que mi madre trajera... patatas y un poco de algo más. Era su paga.


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