martes, 20 de abril de 2021

ESTRUJO MI MEMORIA Y DESCRIBO IMÁGENES QUE IMPRESIONARON MI RETINA

Pasado ya el congreso Eucarístico de Barcelona, aparentemente se había recuperado LA PAZ  o esto nos vendía el gobierno.

Un día al bajar del tranvía en la calle Pelayo esquina Ronda Universidad, un compañero y yo oímos muchos gritos, sirenas y gente que corría hacia las Ramblas; ¡¡Los grises!! ¡¡Los grises!! y viene montados a caballo. 

Como todo el mundo también corrimos. Al llegar a las escaleras de la Avenida de la Luz  bajamos a toda pastilla, estaba llena de gente, trabajadores la mayoría, y otros que salían del cine.

Hubo tal tumulto y griterío que no podíamos volver hacia atrás para ir a casa. Yo tuve miedo, y mi amigo se cogía a mi. Y yo a él. No sé como fue, pero empujados, corriendo, tropezando, llegamos delante de la cafetería Nuria, ya en la Rambla; las sillas y mesas volaron, y nosotros también.

Nos giramos  y cuatro patas de unos inmensos caballos (debían de ser como todos) las vimos encima de nuestras cabezas, y los grises llevaban unos bastones largos, repartiendo leña. La verdad es que no nos interesaba esta leña.

La policía a caballo venía de la Universidad Central, donde había entrado con permiso del Gobernador Civil (Baeza Alegría ¡?!) con los caballos y subiendo las escaleras del patio Central, a la caza de los estudiantes "malintencionados". Hubo muchas detenciones. Yo llegué a mi casa sobre las ocho de la noche; debiera de haber llegado a las 18.30. El susto y el miedo fueron mayúsculos.

Corrió la voz de que el hijo del Gobernador fue detenido y golpeado, yo no lo vi, pero a los pocos días el Sr. Baeza, fue destituido,

Y así seguíamos durante varios días y meses. En el colegio los exámenes de F.E.N. (formación del espíritu nacional) los hacíamos con tinta roja, para ver si se atrevía a suspendernos el delegado de la Falange y de las JONS. No nos suspendió.

Los tranvías seguían circulando por la plaza Cataluña y Ramblas hasta el paseo Colón, 

De El Gran Teatro del Liceo tengo una insignia de oro que me regaló mi tía. Linda y yo fuimos una vez que nos invitó Daniel por nuestro aniversario de boda.

El sistema necesitaba signos visibles de apertura hacia la Europa que seguía contra Franco. Pocas cosas había para pasarlo bien. No podíamos ir por la calle en grupo más de tres, En el cine Vergara, al lado de casa,y en todos los cines siempre había policías vigilando, y el NODO,  la GRAN PELICULA DE FICCION NACIONAL era de pase obligatorio, ¡Cuántos pantanos hacía Franco cada semana, y cuántas carreteras y escuelas inauguraba!  Y  siempre bajo palio como en el Corpus la Eucaristía, o acompañado del obispo de turno.

 Yo , y mi hermano  nos hinchábamos de  cucharadas de aceite de hígado de bacalao, porque era un poderoso reconstituyente.Y que malo. Pero seguíamos justos en la comida y protestamos. Entonces añadieron al aceite dos aceitunas como premio por tomarlo.

Mal debían ir las cosas en casa ya que un saco de patatas de 25Kg.que le regalaron a mi padre en Vic, nos las comimos todas. Mis padres decían que eran muy buenas, nosotros que no. ¡Pues no hay otras!.- ¡Tienen gusto a petróleo! Después nos dijeron que sí. Se había derramado una garrafa de Keroseno encima y ... por esto nos las regalaron, ¡Y las comimos!

Las huelgas estaban prohibidas, el voto en el referéndum obligatorio y y ficha sellada. Los sindicatos CCO. y UGT se armaban de valor y poco a poco daban que hablar. El convento de los capuchinos de Sarrià, era la "sede" de estos movimientos  y del Sindicato de Estudiantes.

Una gran noticia apareció en el periódico: el 2 de abril de 1954 atracaría en el puerto de Barcelona el buque SEMIRAMIS.  Y venía de Rusia con 290 soldados  de la División Azul, detenidos en Rusia desde la guerra civil.


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