miércoles, 7 de octubre de 2020

MATARO NOS DA LA BIENVENIDA

 Lo digo así de sencillo, porque es literalmente verdad. Tengo que decir  que si yo no  lo estropeaba la que era capaz de hacer frente a las situaciones del entorno desconocido, (recién llegados de América, sin relaciones conocidas en  la ciudad) , pero con un trabajo estable y bien remunerado pero que me obligaba , para poder cumplir con mis obligaciones como director del centro GEM, a estar muchas horas fuera de casa.

Aquí Linda, que es muy inteligente, se acomodó fácilmente a la ciudad, al catalán, al mercado de la plaza  de Cuba y al mercado del Palau. Sobretodo al primero. Y a los payeses que venden verdura riquísima alrededor del mercado de la plaza de Cuba.

Allí encontraba sin problemas  todo lo que necesitaba. Recuerdo especialmente la pescadera  la Sra. Valqui que la trataba con cariño (y el dinero iba corto todavía) y fue exquisita en servirla cuando estuvo embarazada   de nuestra primera hija . Le guardaba las barbas del rape, bien limpias y le decía no tienen espinas y  para los bebés son muy buenas hasta para hacer en puré.

Lo mismo puedo decir del supermercado VALVI de la c/ Jaime Recoder y de la de la venta de pesca salada. que su marido tenía un pequeño bar en la misma calle. De hecho cuando la crisis del ¿77-78? el pollero nos guardaba cada semana un pollo, un conejo, nos daba azucar, sal, y  malta (para hacer café). Huevos tuvimos siempre y algo de carne roja. Y por qué? sólo había una razón. Linda se ganaba el corazón de la buena gente, y de ésta hay en todas partes. 

Linda se encontraba como en su casa ( y lo era) tanto era así que miles de veces decía que vivía en Meau, en "MO", de Francia, donde de hecho había residido unos años mientras trabajaba chez Mme. Marlière. La que escribió de Linda:"Je n'ai  eu que  me  louer de ses services, de son caractère agrèable, et complaisante, et d'une parfaite honneteté. je la vois partir avec regrets, c'est du reste qu'elle me quitte pour une question personelle qu'elle ne peut  differer."  y  que la recogió al desplomarse en la puerta de su casa. 10 días después  Linda estaba conmigo en Lima, era el 28 de enero de 1974

De mi familia, ni noticias, ni verla, ni esperarla, ya que nosotros no podíamos ir si íbamos los dos juntos. Al ir al mercado de la plaza de Cuba, se sintió mareada al pasar frente a una tostadora de café. Cambió de calle y después de comer al tomar el café. También. De hecho yo tomé el café antes de ir al cole por la tarde , en el balcón o cerrado en la cocina. Me olvidé del aguacate¡

La Sra. Conchita  la accionista del GEM - creo que mayoritaria- la ayudó: buscar médico ginecólogo, para ella y solucionarme a mí el problema de no quedar Linda embarazada. De hecho operado yo, al, mes quedó embarazada.

Nos cuidaba muy bien el Dr. Rius, casi delante del ayuntamiento, y encima de una pastelería que era una locura para Linda.

Cada día por la tarde venía a buscarme al colegio. pero cuanto más avanzaba el embarazo, menos podía subir la calle a partir de la plaza Santa Ana. De hecho muchas , pero muchas personas, que ya nos conocían  la acompañaban un poco y otras se adelantaban para avisarme, que no me entretuviera .

Quien conoce Mataró, verá la distancia que hay entra la c/ Jaime Recoder y el colegio GEM, más arriba del parque  central donde había el tranvía y unos juegos para niños, del que cayó mi hija a los dos años,  y se medio fastidió la nariz.  Linda el embarazo lo llevaba bastante regular.

Un compañero del colegio, no recuerdo su nombre ahora, nos dejó el coche para ir y venir de la clínica donde la atenderían para el parto. Tuvo que ser cesárea, (que hace  unos  40 años no era tan "sin problemas").

Era en Vilassar de Mar. Allí nació nuestra hija Sylvie, era un encanto de  bebé, guapísima, enamoraba a todo el mundo, y su madre estaba ensimismada y yo atontado de alegría. 

Recuerdo que avisé a mis  padres, y... también  recuerdo que mi madre se acercó a la puerta de la habitación, traía un vestidito  tan pequeño para Sylvie que apenas se lo pusimos una semana. Le tuve que decir:! esta niña tiene madre¡ para que la saludara, aunque fuera de lejos. Nunca más se acercó ni preguntó por nuestra hija, de hecho para el bautizo, su madrina fue Tatà Augusta y el padrino Juan Cuatrecasas. Su mujer Imma, actuó en representación de Augusta.

Yo creo que no les he hado nunca las gracias como se merecían, ya que lo hicieron con dedicación, y más aun, Sylvie tuvo durante muchos años su mona de pascua (una vez una casita de chocolate) que ella llevaba orgullosa y feliz . Fuimos a Valldoreix, donde residían, y todavía nos hospedaron días en su casa,; Linda comió allí la primera tortilla de judías blancas de su vida, y muchas cosas más. Qué bien se portaron con nosotros tres, y con qué cariño.

Más de una vez vinieron a Mataró, junto con Juan Fisas y su mujer (perdón no me viene el nombre,) para visitarnos, ayudarnos y felicitarnos por nuestra hija Sylvie. De hecho su cuna  nos la dieron ellos y las sillas del comedor también. Duraron muchos años, y nunca hemos tenido unas mejores que aquellas. En estos tiempos ya pudimos comprar algunos muebles, ya que mientras Linda se ocupaba de la casa, yo con la mesa de Simón, podía dar clases particulares ya que mi madre no quiso darnos ni dejarnos (la frase fue: antes la tiro a la basura.) , una de despacho que había en Caldes llena de polvo. Pero salimos adelante.  De Hecho recuerdo que le pedí ir unos días a esta casa en el centro del pueblo, y me dijo que nosotros no; Además el techo estaba mal y había ratones. ... Para nosotros . 

Nos faltaba una cama o algo para tener a un amigo en casa que nos ayudaría a pagar el alquiler. Era panadero. Trabajaba de noche y dormía de día y estuvo con  nosotros  mientras la familia Frechín , que vino de Ecuador y había salido antes del Chile de Pinochet, seguían en la panadería en Sarria en la calle mayor.

Acabo con la casa de Caldes. Había un reloj de pared, de péndulo. Tenía que estar algo inclinado para que funcionase; estaba tan sucio y lleno de polvo, que me atreví a pedirlo a mi madre ( era de mi padre), bueno llévatelo, tampoco funciona, y papá ha intentado muchas veces ponerlo en  marcha y nada. 

Me lo llevé. Linda pasó más de tres semanas limpiando sacando la carcoma está acribillado, sucio y abandonado  como un pordiosero  junto a la puerta.

Linda preguntó, consultó, fue a una droguería muy buena de Mataró, le explicaron y ...

El reloj funcionó más de 40 años, hasta que Linda nos dejó. Últimamente se volvía loco, tocaba lo que le apetecía y como le venía en gana. Un día Linda me dice: cuando yo muera el reloj se parará. Al final se paró, por mucho que lo intenté. Tenía razón. !Ya verás, ya verás¡

Ahora, aunque sin Linda en casa, vuelve a funcionar para que su memoria no se borre. Aquí en El Vendrell un relojero muy relojero, me lo ha vuelto a poner en  forma. Es el señor de la relojería Belau del carrer Alt. Gracias Sr. Josep Ramón, el reloj tiene más 100 años y fue de un tío de mi padre, el tiet Benito quien se lo dio a él.

Aparte de los amigos, Cuatrecasas, Fisas, y Simón Artigues, visitas de conocidos hubo más de una.  El P. Abad s.j. Villasante, Bach,  Bernadas los dos hermanos, y hasta tres veces mi hermano Jorge (D.E.P.), profesores del Colegio y la misma Conchita y la Sra. Pilar la buena secretaria del GEM etc.

Pero de las de mi hermano ya hablaremos otro día. Sólo adelantar que nos queríamos mucho, muchísimo, y nunca dejamos de querernos, aunque hubo alguien que intentó poner cizaña entre nosotros, pero no lo consiguió. Os lo aseguro. De hecho Linda se sentía  cómoda, y acogida y sobretodo respetada y querida por mi hermano Jorge.

Por hoy ya vale ¿no?

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