jueves, 22 de octubre de 2020

UN GRAN SOCAVON CON GRIETAS Y SORPRESAS IMPREVISTAS

 No recuerdo las fechas exactas. Una sí que tengo apuntada en mi memoria y repasando los archivos de la época. 

Pero no pretendo hacer un inventario, sino como todo mi blog, una reflexión emotiva y clarificadora en la distancia física-temporal, de lo que fue la vida de mi mujer Linda durante los muchos años  que la acompañé por este mundo. Y ella me acompañó y superó mis circunstancias y mi ser y hacer.!! Estamos muy enamorados¡¡

Vosotros mismos podréis juzgar los hechos y sus circunstancias. Las valoraciones o interpretaciones de  los hechos, ya hubo alguien que se encargó de hacérmelos llegar, en correo privado para "no polemizar", después de la muerte de mi hermano Jordi.

El día 10 de mayo de 1982, me avisan de la muerte de mi padre.

Unos días antes de las vacaciones de pascua, Linda al levantarse de la cama siente un fuerte dolor en el pecho , lado derecho que le impide ayudar a Daniel a  levantarse y sobretodo darle la papilla para el desayuno. Tenía dos años y medio.

Quedamos que va a hacer reposo un poco, llamo al colegio, la vecina del primer piso lleva a Sylvie al colegio. Vamos inmediatamente al médico, al Dr. Peligro. La visita, la explora le hace una radiografía pero advierte: "este aparato no da imágenes muy nítidas". Parece como si hubiera una sombra, pero creo que con  gelocatil y reposo le va a pasar.

Así estuvimos la semana santa y el lunes de pascua.

El dolor sin hacer nada , iba en aumento, y sobretodo al inclinar el cuerpo hacia adelante o levantar el brazo derecho. 

Linda decía: siento dentro del pulmón como si hubiera algo que me sube y baja, me cuesta respirar, y el brazo cada vez me duele más.

Ya fuimos al Hospital san Lázaro de Terrassa. 

Mis hijos se quedaron con la vecina. Y Linda ya no la dejaron salir. 

Usted tiene  un nuemotorax espontáneo. Se suele dar en los jóvenes que salen acalorados de una discoteca y en el exterior hace frío. Es su caso? !!No¡¡  Y lleva días agravándose. Hay que operar y extraer el aire que ha penetrado, y como ya lleva varios días el pulmón derecho está como aplastado  y no podemos garantizar que se pueda recuperar.

De mi familia ni noticia. De la salud de mi padre apenas. 

Tardó un mes y un poco mas en conseguir recuperarse y poder salir del hospital. 

-Tenga cuidado; No haga esfuerzos; no suba cuestas, camine despacio y haga reposo de verdad.

La vecina del primer piso durante este tiempo se ocupaba de todo, y más de lo que podía. 

Los colegas del colegio - todos sin excepción- tomaron la decisión de suplirme en clase hasta que Linda estuviera repuesta. No me hicieron pedir la baja para cuidarla, solamente con el compromiso mío de que casi cada día pasara  un rato por el colegio, para dar una clase y nada más. 

Por las noches yo subía a casa, y tenía que dejar a Linda sola. Se repetía casi calcada la situación de Ullastrell , con el nacimiento de  Daniel.

-!Papá tráeme a los niños mañana ¡, era sábado, que quiero despedirme de ellos, y quiero que me vean todavía con vida. No me recupero, me duele mucho y no quiero que me vean con este aparato que me va chupando el pulmón y que parece una cuadriga de caballos. 

Llevé los niños la besaron mucho y Linda más a ellos. Les dijo haced caso a papá, es él que os tiene que cuidar. Pero no lloréis. Y se despidió con un  adiós terriblemente duro. Yo ya iré después. mas de una vez me confesó que estaba segura de que no regresaría ya a casa. Esta vez se equivocó  . Y lo celebramos, de verdad. La alegría había vuelto a casa 

Pues ahí estuvo el milagro, como Dani al ver a su madre en el mismo Hospital y empezar  a comer,  Linda a los dos días empezó a recuperar, tener menos dolor, sentir que se cansaba menos al hablar, etc.

A los pocos días nos dieron la buena noticia: podrá volver a casa dentro de poco , pero ahora no tenga prisa en  salir. Cuando llegó la casa era más acogedora, los niños reían y comían de verdad. Y mamá les acompañaba. Fue en realidad un nuevo renacer de nuestra familia y nuestro hogar.

Y cuando regresó, a los dos días me avisan de la muerte de papá. Linda quiere ir al entierro, pero estaba muy débil.

-Si no voy me van a criticar. Voy contigo, no haré nada, pero es que tu padre me quería, yo lo sentía. Y l'avia Pepa también me quiere.Fuimos y se puso a llorar por debilidad, por no haber podido ir yo antes, para cuidarla,  por dejar de repente  otra vez a nuestros hijos, y por no tener fuerzas ni para estar de pié. Alguien lo interpretó de otra manera.

-Ni siquiera tú has podido ir más porque yo estaba mala. Y no lo entenderán.´Este último si que fue un socavón, con grietas y duros momentos de nuestra estancia en GELIDA.

La vecina, el día que nos, fuimos regaló un gatito blanco a Daniel.

Esto fue al acabar el curso 1982 y salir las vacantes en Castelldefels. En total solamente nos quedamos en el pueblo 10 meses. Los colegas nos regalaron humanidad, compañerismo, altruismo y generosidad. Los vecinos amistad, ayuda, sacrificio y mucha comprensión. 

Esto no se olvida nunca y lo llevamos en la mochila de nuestras vidas.

No tuvimos ni ocasión de subir y bajar por lo menos una vez con el funicular que va de la estación de RENFE en Martorell a Gelida. Y nos ha quedado pendiente¡ 






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