martes, 24 de noviembre de 2020

ESCRIBIR SOBRE EL AMOR NO ES LO MISMO QUE SOBRE EL AMAR

Yo creía que sabía escribir y que podía escribir.

Pero escribir del amor y del amar es mucho más difícil de lo que creía.  Al principio pensé en una reivindicación  del  amor extraordinario con el que Linda se entregó a mi. Pero no se cómo hacerlo. El amor es algo tan íntimo, secreto, que al sentirlo y vivirlo yo tengo miedo a mancillarlo.

Me encuentro en un terreno del que nunca antes había osado  hablar o escribir en público. 

Y ahora que mi amor no está, ahora siento que debo hacerlo, para que Linda sea comprendida de una vez por todas.

Quién tiene las narices de oponerse, criticar, despreciar e ignorar, (perdón ,ignorar es poco), humillar a unas personas que se aman, solamente por el hecho de hacer daño.

Yo descubrí el amor, al sentir que al amar a Linda, París se rendía a sus pies. Mi primer regalo de cumpleaños fue un gran ramo de rosas rojas tantas como años tenía Linda que rodeaban a una sola rosa blanca. Linda tenía 29 años. 

No se lo esperaba. Estábamos solos, ella preparaba un pollo al horno, y .. el pollo se esfumó. Y el amor  superó todas las barreras. Esto fue mucho antes de irme a Lima y ella venir después.

Y desde este momento nunca más nos dejamos de amar. No eran mariposillas que se sienten por dentro, como dicen ahora, era fuego, llamas que ardían y se juntaban en una gran hoguera, para llevar la antorcha del amor a donde fuera que quisiera ser comprendido.

Yo nunca había sentido este ardor intenso y Linda me dijo que nunca  se había sentido tan amada.  Recuerdo ahora que estando unos años más tarde en Arcis sur Aube en casa de su hermana Maria  de Pouant,  Beatriz, otra hermana, nos dijo !pero cómo os habéis enamorado tanto¡ Linda que te ha pasado, José, tu estás loco por Linda¡. Regarder comme ils s'aiment¡ Yo le había puesto agua fría en los pies que con el calor de la canícula se le inchaban ya mucho. Y lo hice sin pensar en nada más que en Linda.

No estaba loco, estaba amando a la persona que fue capaz de dejar todo por mí y confiar en mi, a pesar de los malos tragos que tuvo que digerir. Alguno también por culpa mía. América, dejar Mataró, Ullastrell, Gelida, la "familia Pérez Casabayó" , que nunca la aceptó y que nunca aceptó ni nuestro amor, ni nuestros hijos, y yo confiando que conseguiríamos superarlo. 

Intentaron hundirnos, ignorarnos, humillarnos,  pero no lo consiguieron.

A propósito de Mataró , qué tuvo esta ciudad, hacendosa, mediterránea, cambiante de humor como las olas del mar, que nos acogió. Algo tendrá. 

En Mataró fueron concebidos nuestros dos hijos, Sylvie nació  allí. Dani en Ullastrell.

Tenía una gran terraza. Se divisaba el mar casi a sus pies, las ventanas podían estar abiertas. Los trenes pasaban lentamente, y el silencio del amanecer reavivaba nuestra ansia de amor. Tuvimos que bajar la persiana ya que la vecina  desde la terraza espiaba nuestros juegos. Sentimos vergüenza. Era algo nuestro.

Es verdad que el Mediterráneo  es nuestro mar. Ulises experimentó en carne propia la fuerza de las olas y la atracción amorosa de la sirena. Nosotros confirmamos definitivamente nuestra vida de el uno para el otro. Ya hubo quien intentó poner palos a nuestras ruedas, pero no lo consiguieron.

"!Aimer tant que possible!" Creo que lo llevamos hasta donde el corazón podía. !Es bueno, pienso ahora, estar juntos tantos años, con altibajos pero siempre ascendiendo la cuesta de la vida, y ne cejar nunca en el intento del más todavía.

 

No hay comentarios: