lunes, 9 de noviembre de 2020

MI HERMANO UN ESPÍRITU LIBRE . SU CORAZÓN ERA TODO SENTIMIENTO.

 Me permito una derivación en homenaje a JORDI PEREZ CASABAYO,  mi hermano.

Al nacer yo, en 1937, él ya estaba en casa. Era el primero recién llegado a la familia, en 1935. Nos llevábamos pues dos años y un mes y medio. Estamos en casa en la escuela Marimón, en Caldas. Ya se ve quien es mi hermano Jordi.

Estudió también en los jesuitas de Sarriá y estuvo dos años interno, hasta que la familia se traladó a Barcelona-Sarriá . Y íbamos todos los días  juntos al colegio, a pié. Con Jordi recuerdo las peleas entre hermanos, las interminables partidas de ajedrez en el comedor de casa, el juego en la calle con la pelota y con dos raquetas  para  golpear a una especie de pelota de tenis. Y así  como todos los hijos,

Ya en Barcelona-Sarriá el tranvía era el transporte para visitar als avis de Barcelona, en la calle Muntaner. Me olvidaba, en Caldas para ir a ver els avis íbamos en tartana, y al colegio de las monjas y de los escolapios también.

Siempre íbamos juntos los dos, al cine del colegio, a comprar el pan, a la lechería... 

Él era más buen estudiante que yo

Cuando yo tenía 10 años nació mi hermana María Asunción, y cuando tuve 15 fue Pilar la que llegó a casa..

¿Sabéis lo que representa tener hermanos con una diferencia de edad  tan grande? !Y sin otros por en medio?

Si faltaba uno, el otro estaba inquieto y nervioso. 

Y así le recuerdo yo cuando me embarqué en el AUGUSTUS en  Barcelona. todavía lo veo, corriendo por el muelle para despedirse hasta que ya no se le veía. EL corrió, y se hacía pequeño, y casi invisible, mientras el AUGUSTUS se adentraba en el mediterráneo. Estaba toda la familia, pero a quien recuerdo más es a mi hermano.

Cuando conoció a Linda, cuando la trató , hablando en su francés y después ya en castellano, nunca le hizo ningún reproche, todo lo contrario. Se mostraba generoso, amigo, respetuoso y nunca cuestionó nuestra relación. Por esto dejó su apartamento para los familiares y amigos de Linda.

Linda también sentía lo mismo, y cuando estuvo enfermo grave por cáncer  quería ir a verlo  a su apartamento de Castelldefels, allí se despidió con un adiós para siempre. Y aunque íbamos al hospital a verle desde que supimos de su ingreso, él ya no podía vivir más.Atrás quedaban sus escapadas en moto hasta Lyon, o su viaje a Camerún, que debía durar 10 días y estuvo prácticamente dos meses, siempre por motivos de trabajo. O sus wiski en casa.

 Estando yo detenido en Brasil, sé que él fue a Madrid al MIN. AAEE. para mirar de que volviera, o mejor me dejaran salir. Con Linda  siempre estuvo afectivo, creo yo para suplir la falta de afecto; y con mis hijos, creo acertar se digo que era el "tiet " al que más querían. Y Linda sintiendo esto estaba satisfecha y feliz. Nunca nos jugó una mala pasada, y siempre, con nosotros dos iba de cara. Delante nuestro no había apartes, había proximidad .

Cuando murió su "savoir faire" se esfumó y hubo otras, muy distantes de mí , que se apresuraron a utilizar lo sucedido  en beneficio propio.

Llegaron a borrar el número de teléfono nuestro de la lista de casa de l'avia, hasta cuando se fueron de largos viajes, a Australia o a Sudamérica.

Con el paso del tiempo...  Y las interferencias para apartarme de ayudar a mi madre en asuntos de banco, o revisión de cuentas de l'avia Josefa (Pepa), nuestro cambio de domicilio a EL VENDRELL, más lejos de Barcelona, sumado al tumor velloso  de Linda y después el cáncer de pecho , profundizó el distanciamiento, por mucho que quisieran aparentar que había proximidad, que la verdad sea dicha tampoco la aparentaban  

!Cómo se notó que Jordi no estaba ya en la boda de nuestra hija Sylvie¡

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