Yo no pude imaginar lo larga que es una espera de tres meses, y lo lejos que queda la voz cuando hablas desde la distancia y con tanta agua por en medio.
Y LO DURO QUE ES SALIR DEL HOSPITAL, SOLA EN PARIS.
Su voz sonaba entrecortada, ESTABA LLORANDO, y qué menos podía hacer. Me había perdido y sentía que no me volvería a ver jamás.
Pero cuando conseguí el contrato en el Ministerio de Educación, la habitación con derecho a cocina y la residencia en el Perú, la llamé, le supliqué (lo estaba esperando) y acompañada de Colette tomó el avión destino Lima.
Había perdido mucho peso. Traía una maletita de viaje, cargada de miedos y esperanzas, de dudas y temores, pero llena de amor e ilusión de poder comenzar la vida nueva juntos libres de presiones´y dispuestos a todo.
Fuimos a Miraflores, y me pidió descansar, y durmió casi 10 horas seguidas.Me dieron permiso de dos días en el Ministerio y pude estar con ella. No paraba de llorar y reír, decía que soñaba y me pellizcaba para ver si realmente estaba allí.
Claro que estaba.¡
Yo iba ya al Ministerio en la plaza San Martín, pedí permiso para que ella pudiera traerme la comida y comer juntos en el despacho. !!!¡¡¡, Concedido¡ Y aquello fue la gozada en toda la oficina.. La DIGEBAL DIRECCIÓN GENERAL sólo llegar Linda cambió de aspecto, Había alegría y sorpresas. Y se creó un clima de amistad y compañerismo increible.
Llega, me da un beeeesssoooo, blanca como una aspirina, recién llegada de París, hablando en portugués y en francés y buenos días en castellano. Puso un mantelito sobre la mesa de trabajo, sacó dos platos, una fiambrera, con una ensalada, una cocacola, servilletitas, y un poquito de fruta.
Silencio, y todos salieron a la cantina a comer. Uno sacó un bocadillo, y se puso junto a nuestra mesa. Era Pepe Ortiz, después nos hicimos muy amigos.
A la semana de llegar , a la hora de la comida, nuestro departamento era pura alegría, soporte, ayuda y amistad fuera del trabajo.
"Qué valiente has sido Linda!" Cuánto debes quererlo para cruzar el charco, sin saber a dónde ibas, y esperando sólo encontrar a JoséMari¡ Pero él nos hablaba todos los días de tí. Te esperaba, y preguntaba cada día los vuelos; sí sí, pero me dejó tirada en París, tenía mucho miedo de no encontrarlo en el aeropuerto.
PERO AHORA YA NO LO DEJO ESCAPAR, NADA NI NADIE SE INTERPONDRA EN NUESTRO CAMINO.
Y así fué.
Qué días, qué noches, qué paseos por Chossica, a media hora de Lima. Ella empezó a tomar las riendas de la casa. Compraba el periódico y hacía crucigramas conmigo, preguntaba, daba pequeños paseos iba al mercado de Miraflores, y escuchaba el castellano aprendía a escribirlo,las "b", las "V",g y j...y los verbos. QUé duro pero con que ganas se ponía. Y lo sacó adelante.
Algunas noches la llevaba a comer a la "pensión Isabela" y preguntaba cómo se hacía un plato, qué era el otro.
Su carita blanca, y su mirada temerosa se fue transformando en una mirada que deslumbraba gozo y claridad y ternura.
Era pura simpatía y cariño hacia todos los que la iban conociendo.
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