martes, 15 de septiembre de 2020

LOS DISTINTOS ESTADOS DE ANIMO NO PRETENDEN SER CRONOLÓGICOS

 La avenida Mariátegui, en el barrio de Miraflores fue nuestra primera morada, tan morada que nos caímos de la cama de 135cms de ancho y rompimos el somier a los  pocos días de llegar. Pero el barrio es muy "chic".

Ella no llegaba a los 52 kg.,  midiendo 163cms. Yo también había perdido, comía lo justo para tener un poco de dinero para ser "espléndido" al llegar Linda.

Vista la delgadez mutua, y la distancia hasta el Ministerio, buscamos otra residencia, más adecuada  , más cercana y con cama más ancha.

L'Alliance Francaise nos ayudó; contactó con la señora Contreras, y nos fuimos al apartamento en unos bajos  de la calle Jirón Azángaro, en pleno centro de Lima, y muy cerca del Ministerio de Educación, del Mercado Central, de la calle Jirón de la Unión, en aquel entonces la más comercial de Lima Centro.

Salir de casa y cruzar la Plaza San Martín hasta el MINEDUC. no eran más de 10 minutos a pié.

Disponíamos de recibidor-saloncito-comedor (todo en uno), habitación grande, baño completo, ducha rudimentaria, cocina, y ajuar necesario-mínimo para la casa y cocina .

Me olvidaba Linda podía hacer uso de la máquina de coser SINGER a pedales, y una rudimentaria lavadora de ropa, que! lavaba.¡

Y aprendió a usarla para sus clases de corte, modelaje y confección que el Ministerio pagaba para la pareja del trabajador/a.

Tanta cercanía de casa al trabajo y el pase que le proporcionaron para entrar y salir, fue lo mejor de lo mejor. Las comidas en el despacho  mejoraron mucho y eran envidiadas... y después copiadas y preparadas  al estilo limeño. Linda siempre pregunta, prueba, intenta, resuelve las dudas y a comer  hasta ceviche de pejerrey.

Eran en general muy comprensivos, y más con las parejas de los funcionarios adscritos, como yo a la UNESCO, como técnico  en Educación.-

Los sueldos eran pagados regularmente  y siempre en dólares.  La vida empezaba a sonreirnos.

Fuimos a los jesuitas, cerca de la Avda. la Colmena para decir que ya no necesitábamos el dinero.

Todavía nos siguieron dando una ayuda de 200$ durante tres meses más.

Lima es una ciudad grande, muy grande. El centro de Lima, con su plaza de armas, el palacio del Presidente, , la Catedral y los edificios colindantes todos coloniales y muy bien conservados, son de admirar.  Pero tiene sorpresas que para un europeo te deja perplejo:

Los taxis-colectivos, con rutas fijas y compartidos por hasta 3 o 4 usuarios que hicieran la misma ruta , pero con paradas distintas. Los microbuses, los  buses y los taxis de pago.

Fue al bajar de uno de éstos  en la plaza San Martín, donde me robaron la cartera, con el  dinero y la documentación. La precaución de haber hecho fotocopias nos salvó .

A los tres meses  Linda ya  se despachaba con el castellano. Podía ir al mercado central,  Y seguir con regularidad las clases de corte y confeccíon. Que suerte de la máquina de la señora Contreras, Se hizo una mini-falda, cruzada con un short, una flada plisada que por supuesto se ponía, un  pantalón entallado y una blusa , que no llegó a terminar por la situación política -social. que se iba adueñando del país.

En casa era rara la semana que no venían compañeros míos jesuitas y ya no jesuitas. La policía se inquietaba  y nos hizo varias visitas ante tanto trasiego de personas en casa. Pero sin más consecuencias aunque la sombra del General Pinochet en Chile y la jefatura del Gral. Velasco Alvarado  y del  coronel Morales Bermúdez en Educación, se hacían cada vez más asfixiantes y poco a poco tensas.

Pero  el trabajo de nuestro departamento era muy bien visto ". La llamábamos a lo que imprimíamos METODO DE AUTOEDUCACION E INTERAPRENDIZAJE.  pensado particularmente para las zonas rurales y barrios marginales. Pero en casa la sra. Contreras le explicaba como tenía que vivir en Lima, para ser una "señora" . Y a Linda no le gustó, y esto no sentó bien a la sra. Contreras. Quizás Sherlo Holmes hubiera descubierto lo que había mucho antes que nosotros.

 


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